Veo a muchas personas que dejan pasar en su día a día oportunidades, quizá de poca importancia o quizá vitales.... ¡quién sabe! hoy la vida podría darnos lo menos esperado.
Personas que veo, incluyéndome a mí misma , desprestigiar sus propios sueños y es que, hoy en día es tan difícil hacer algo sin involucrarse, sin tener que abrirse al menos un poco, sin tener que dejar espacio libre dentro de uno mismo...
Y por otro lado, no veo oportunidades perdidas, sólamente, veo a otros, incluyéndome a mí misma de nuevo... sí, aquellos que pagan las consecuencias de todos esos que no se animan a dejarse llevar ni un segundo por nada.
A esos, a esos yo los he visto llorar por rincones, los he visto dolidos, esperando el perdón que nunca les pedirán o la oportunidad que nunca llegará y NUNCA es una palabra corta pero de significado infinito, acordaos.
Pero no sólo he visto eso, también he contemplado aquellos que se van a bailar con amigos para no pensar en alguien que no los dejó subir al tren que los llevaba a un lugar feliz y yo también me incluyo, lo siento por dejaros fuera y más lo siento por no caber, pero quizás el destino era agridulce o quién sabe si sería decepcionante, despues de todo...
Tengo que decir que también conozco a aquellos que son todo lo contrario a los que ya he explicado, que vendrían siendo los oportunistas.
Y estos si que saben... corriendo riesgos, esperando siempre lo mejor del viaje y haciendo que sus vidas pasen tan rápido que uno no tiene tiempo de pararse a pensar en lo que ha disfrutado, por el hecho de que no hay diferencia entre tiempo y lugar, porque no hay placer que pueda medirse en disfrute.
Pero a diferencia de todos nosotros, sí, los de antes, nosotros... conoceremos un sólo país o quién sabe si con suerte dos o tres ... pero esos nos harán felices, sin embargo, los oportunistas, podrán conocer miles distintos , pero eso ya no los hará felices, porque ya estan curados de espanto a lo que puedan ver.
Y yo, aseguraría que todos, incluyéndome, tenemos algo en común, cuando todo aquello que esperamos que pase, no pasa.
Cuando entendemos que algunas cosas empiezan y otras se van, que nada es duradero, que todos alguna vez nos sentimos algo perdidos.
Aquellos que no nos subimos a algún tren porque no supimos juntar coraje, aquellos que no nos montamos en el tren porque quemamos muy rápido nuestra vida, como si de un cigarrillo se tratara y todos aquellos a los que ni si quiera nos abrieron las puertas del vagón del cual teníamos ya el billete comprado.
Todos perdidos al fin y al cabo.
A fin de cuentas, lo que acaba, no puede acabar bien, por el hecho de que
Pero los finales, finales son.
Los finales duelen, pueden llevarnos a un lugar tranquilo o al fin del mundo, pero no hay términos medios, porque cuando una cosa acaba, sólo hay una opción: caer para luego levantarte...
¿o pensáis que me equivoco?
El primer paso, es subir poco a poco, escalón por escalón si es que quieres ver la vía del tren que espera arriba o quién sabe ya si es tren o quizá avión, lo importante es que te llevará lejos de aquí... es la única oportunidad que se nos ofrece a todos, de momento.... habrá que arriesgarse, qué remedio.
=D
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