Little Miss Sunshine

¿Sabes qué? A la mierda estos concursos. La vida es un puto concurso de belleza detrás de otro. El instituto, la universidad, luego el trabajo... ¡A tomar por culo! Y a la mierda la academia de pilotos. Si quiero volar, ya buscaré el modo de hacerlo. Hay que hacer lo que te gusta, y a la mierda lo demás.

Hay dos clases de personas en el mundo, los triunfadores y los fracasados, ¿y sabéis cuál es la diferencia?, los triunfadores pelean. 

Desayuno con diamantes

¿Sabes lo que te pasa? no tienes valor, tienes miedo, miedo de enfrentarte contigo misma y decir está bien, la vida es una realidad, las personas se pertenecen las unas a las otras porque es la única forma de conseguir la verdadera felicidad. Tú te consideras un espíritu libre, un ser salvaje y te asusta la idea de que alguien pueda meterte en una jaula. Bueno nena, ya estás en una jaula, tú misma la has construido y en ella seguirás vayas a donde vayas, porque no importa donde huyas, siempre acabarás tropezando contigo misma.

• Supongo que usted cree que soy muy descarada o que estoy loca.
• No la creo más loca que cualquier otra persona.
• Usted y todo el mundo lo cree.Pero no me importa, todos vivimos en el manicomio.

No entregues nunca tu corazón a un ser salvaje, porque si lo haces, más fuerte se vuelve. Hasta que tiene la suficiente fuerza para volver al bosque o volar hacia un árbol. Y luego a otro más alto hasta que desaparece.

—¿Conoce usted esos días en los que se ve todo de color rojo? 

 —¿Color rojo? querrá decir negro. 

—No, se puede tener un día negro porque una engorda o porque ha llovido demasiado, estás triste y nada más. Pero los días rojos son terribles, de repente se tiene miedo y no se sabe por qué.

No soy Holly, ni siquiera Lullaby, no sé quién soy. Soy como este gato, somos un par de infelices sin nombre, no pertenecemos a nadie ni nadie nos pertenece, ni siquiera el uno al otro.

El guardián entre el centeno

La vida es una partida y hay que vivirla de acuerdo con las reglas del juego.

¿Madurez?

Hoy he visto a un hombre mayor pasando la mano, como los niños pequeños, por unos barrotes. Sí, eso mismo que nos decían nuestras madres que dejásemos de hacer pero que tanto nos gustaba.

Esta tontería me hizo pensar en si todo el mundo deja alguna vez la infancia o simplemente si nunca la abandonamos pero la controlamos por el miedo al ''qué dirán''.

Todos sabemos que es necesario mantener las formas en determinados lugares y dependiendo de la persona con la que estés puedes mostrarte cómo eres realmente o como tienes que ser.

La pregunta es ¿llegamos a abandonar alguna vez nuestros pensamientos de niño?

Hoy hablaremos de la hipocresía

Según todos dicen es extremadamente horrible ser hipócrita, lo gracioso de eso es que TODOS y vuelvo a repetir TODOS somos hipócritas lo queramos o no, en mayor o menor medida pero todos y cada uno de nosotros ha mentido alguna vez. 

Hay muchos tipos de mentira eso está claro; las hay piadosas que sólo sirven para satisfacer a alguien y no querer que esa persona lo pase mal, puede haber otros tipos de mentira como aquella que no se dice pero se oculta, ese detalle necesario para saber que ocurre de verdad, o no decir si te sientes mal o bien con alguien por simple respeto o porque no quieres que la otra persona lo pase mal. 

TODO MUY COMPRENSIBLE. 

Luego están aquellos que cuando una vez te ven la cara, todo son risas, carcajadas y buenas formas y cuando te vas están deseando de tirarte por las escaleras sólo para llevarse uno mismo tus méritos. Y eso no es lo peor, lo peor es cuando ni siquiera es capaz de decírtelo sin armar ningún escándalo, claro que no; primero tiene que hablar con los demás para que los otros ya te vayan cogiendo manía, por cosas buenas o malas, eso ahora no importa, lo que importa es que haces que la otra persona con razón o sin razón se sienta como una mierda por no haberle dado ni una oportunidad en algo que al igual que el atacante lleva esperando tanto tiempo con esperanza. 

El esfuerzo lo hacen ambos, pero ahora bien ¿quién merece ganar?.

William Shakespeare dijo una vez:

Cuando tenía cinco años, mi madre me dijo que la felicidad es la clave para la vida. Cuando fui a la escuela me preguntaron qué quería ser cuando fuera mayor y escribí: Feliz. 

Me dijeron que no entendía la pregunta, y yo les dije que eran ellos los que no entendían la vida.