Hoy mirando al
mar, me he dado cuenta de que la
felicidad no se encuentra en tener una gran mansión, un ferrari, o un camión de dinero, no digo que no esté mal tenerlo, ni que no me gustaría obtenerlo, simplemente que eso no es lo que realmente me hace feliz.
Las pequeñas cosas son las que hacen que tengas cada día más ganas de
vivir; una tarde con tus amigos, la sonrisa de un bebé, cuando un perro te obedece en una orden o simplemente mirando a las nubes y ver que no va a llover en una tarde de verano...
Esas son las cosas que realmente te sacan una
sonrisa, y hace que el día no sea tan
gris como creías antes, aunque al principio pareciese que nada ni nadie iba a cambiar tu forma
pesimista de ver la vida siempre aparece
''esa cosa'' con la que te entran ganas de seguir un día más sufriendo, riendo o simplemente viviendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario