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jueves, 14 de febrero de 2013

El valor de los detalles

Nunca me había dado cuenta de la importancia que le doy a los pequeños detalles que demuestra la gente día a día, sin la necesidad de demostrarlo sólo en los cumpleaños, días especiales o incluso San Valentín.
Tras muchos años de ''tradición'' la sociedad se ha empeñado en obligarse a querer en una cantidad excesiva (desde mi punto de vista) a sus parejas, amigos o familiares por el simple hecho de comprar algo, algo que quizá no tenga ningún valor personal o sentimental.

Y mi pregunta es: ¿para que necesitas ese bonito bolso, si al cabo de los años acabará en la basura sin recordar por qué, cuándo o quién te hizo ese regalo que se supone que tanto de gustó?

Las cosas no se regalan por quedar bien o mal con alguien, sino por las ganas de regalar algo. No tienen que ser cosas más o menos caras sino con más o menos sentimientos. Esos detalles son los que realmente se valoran en el pasar de los años. Al volver a leer esa carta que te envió ese amigo especial, la pulsera hecha por aquella que fue tu mejor amiga, o incluso, la entrada en el cine cuando fuiste a ver la película esa que tanto te gustó con tu grupo de amigos.
No descuidéis los detalles, pues son éstos los que hoy faltan en nuestras calles; todos velan por lo propio y las apariencias olvidando con ello el verdadero sentido del regalo.


Amigos, los detalles son la alegrí­a, los detalles como una simple carta, una llamada, una palabra de aliento de esas que todos necesitamos por dentro, un beso, una abrazo, un ''te echo de menos''. Eso. Eso sí se merece un valor incalculable. 
Las cosas que menos te esperas son las cosas que más se deberían de valorar.

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