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viernes, 16 de noviembre de 2012
Søren Kierkegaard
Vos soberana de mi corazón guardada cual tesoro en lo más profundo de mi
pecho, en la completitud de mi pensamiento, allí... ¡desconocida
divinidad! Oh, puedo realmente creer los relatos del poeta, que cuando
uno ve por primera vez el objeto de su amor, imagina que lo ha visto
hace mucho tiempo, que todo amor, como todo conocimiento, es
reminiscencia, que el amor también tiene sus profecías en el individuo.
... creo que habría de poseer la belleza de todas las chicas para poder
dibujar una belleza igual a la tuya; que habría de navegar alrededor del
mundo entero para poder encontrar el lugar que me falta y hacia el que
apunta el más profundo misterio de mi completo ser, y al momento
siguiente estás tan cerca de mí, llenando mi espíritu tan poderosamente
que me glorifico y siento que es bueno estar aquí.
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