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miércoles, 17 de junio de 2015

Enric Porta

Primero de todo, conoce a esa chica que ya se conoce a ella misma, esa que sabe lo que tiene, lo que quiere y lo que puede, esa chica que no necesita a nada ni a nadie para ser feliz, esa que entiende la palabra libertad como forma de vida, que demuestra que ha roto con todos los esterotipos de la sociedad y que lleva tatuado “carpe diem” en el brazo derecho.
Conoce a esa chica aparentemente normal pero tremendamente interesante, de esas que en su diccionario no están escritas las palabras casarse ni relación, que habla en primera persona y no conjuga los verbos en plural.
Después queda con ella, que te explique que cuenta su pasado, vive el presente y no mira al futuro, que suma los días por experiencias y disfruta las horas entregándose en todo lo que hace. No es necesario quedar en los mejores sitios ni impresionarla con excentricidades. Llévala a un lugar auténtico, es más importante el quién y el cómo que el dónde y el cuánto.
Entiéndela, entiende su manera de ver la vida, entiende que las cosas, si uno las hace con pasión y entrega, acaban saliendo bien, que puede ser libre y no hacer daño a nadie. Entiende a esa chica que puede pasarse una tarde entera contigo y desaparecer los tres días siguientes sin ninguna explicación. Entiende que ella es así, segura de si misma y que no necesita un hombre a su lado para demostrar su amor, el único que ha mantenido es con la vida.
Aprende que no te necesita, pero que te presta su tiempo, que dos suman más que uno. Conoce sus imperfecciones, ella te las dirá porque las quiere mejorar. Conoce a esa chica, olvida sus defectos y reconoce que tiene tantas virtudes que no sabrías por donde empezar a describirla.
Enamórate de ella, déjate llevar. Háblale cuando menos lo merezca y llámala cuando la necesites. Enamórate aún sabiendo que ella brilla por la noche, que no es amiga de los desayunos en la cama ni de las flores para pedir perdón. Enamórate de ella y todo lo que le rodea, de sus aficiones, series, películas y sobre todo, como los libros se leen para uno mismo, conócela a fondo pidiéndole que te preste sus tres favoritos.
Vuela con ella, a sabiendas que esas alas nunca serán tuyas, cógela fuerte porque desde esas alturas vivirás la vida con otros ojos, desde otra perspectiva y mucho más seguro. Disfruta cada uno de los momentos que tiene contigo, porque ella hace lo mismo. Vuela con ella, porque cuando no esté delante, quizás no te llamará tres veces al día ya que no es amiga de las palabaras pomposas y vacías de sentido. Simplemente, ama lo que quiere y quiere lo que ama.
Y por fin, sal con esa chica que no te necesita, pero sin embargo, está contigo. Sal con ella y demuéstrale al mundo que dos se pueden querer sin tener que mostrarlo en las redes sociales, que el amor puede ser sencillo si es maduro, sincero y plancentero. Sal con esa chica que te escucha cuando hablas, que sus preguntas te crean más preguntas, que te valora por cómo eres y no por lo que eres, que en definitiva aprende también de ti.
Sal con esa chica que te respeta, que no se calla lo que piensa y que no hace las cosas por quedar bien. Sal con esa chica que es capaz de decirte que no le gusta esa música que escuchas y que no te acompañará a ese concierto que tanto te apetece.
Sigue a esa chica que no te hará perder el tiempo, que no busca problemas donde no los hay y que mira la vida con positividad. Cógela de la mano y mírala a los ojos, busca pareja de baile en esta pista que llamamos vida. Baila con ella todo lo que puedas, lo que el cuerpo te pida y lo que tus brazos y piernas aguanten. Canta con ella, la música y la letra la ponéis vosotros, como las risas y las eternas sonrisas.
Vívela, porque esta vez sí, es de las que valen la pena, de las que quieres para siempre y no podrás olvidar nunca. Esa de esas chicas que te hacen mejor a ti y tú le haces mejor a ella. Ella es esa chica que te admira por tu valentía en lo que ella tiene miedo y que te sorprende por atreverse más que tú en tantas otras cosas.
Mejórate a ti mismo, porque si tu 100 ella 200, porque cuando tu has ido ella ya ha vuelto, porque si tú sí ella no y, sobre todo, porque en ella descubres algo nuevo y mejor cada día. Agradece estar con esa chica que no te necesita pero te quiere, que no te hace sentir culpable ni pide perdón por cualquier cosa y que no juega psicológicamente con tu corazón.
Descúbrete, es ella, es esa chica que un día, y todos los siguientes, quieres formar parte de su vida, que tiene una llama interior encendida con fuego del Olimpo. Ella es esa chica que ama su trabajo, sus aficiones y, aunque parezca increíble, de entre todas las cosas, te ama a ti.
Y finalmente, quédate con ella, juntos sois imparables, porque el amor, vivido de esta manera, no se acaba nunca.

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