Como todos dicen, saben y piensan mañana será uno de los días más felices de toda mi vida, un día que no se podrá olvidar nunca, un día que quedará para la posteridad no sólo por cada graduado sino para todas las generaciones posteriores.
Como siempre se suele decir los caminos se separan, todos se han esforzado (algunos más que otros, por supuesto) por conseguir su meta; algunos han llegado y otros se han quedado a las puertas pero se acaba una etapa de nuestra vida, quizás la más feliz de todas.
Es posible que mañana sea un día tremendamente emotivo y feliz pero sé que lágrimas no faltarán sentimientos que llevas tanto tiempo guardándote que saldrán a flote irremediablemente.
Antes de nada decir que estos dos años en bachillerato han sido sin duda indescriptibles. En estos cursos he aprendido muchísimas cosas, puedo decir que he llegado a conocerme a mi misma. Todo esto es gracias a todas las personas que día a día y poco a poco se han ido ganando todo mi cariño y amabilidad. Y también gracias a las personas que no necesariamente me hayan fallado, más bien decir que tenían otros intereseses, con ellos he aprendido que no de todo el mundo hay que fiarse, que nada es lo que parece y que anda es o negro o blanco, que hay más gamas de colores.
Han sido seis años de mi vida en un mismo centro conociendo, relacionandote y compartiendo momentos con muchísimas personas, algunas que siguen a tu lado y otras con las que has ido andando en camino diferentes. Años con fallos y victorias, momento inolvidables e irrepetibles.
Desde septiembre esperé con ansia este momento, el momento en que me dieran el título como ''bachillatera'' el título que demuestra que he querido seguir adelante, sin rendirme, luchando por lo que quiero a pesar de todos los traspies que haya podido tener.
Es hora de despedidas, llantos y nostalgias, pero me voy alegre porque sé que esto no es un adiós, es simplemente un hasta que nuestros caminos se junten.
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