Hoy he visto a un hombre mayor pasando la mano, como los niños pequeños, por unos barrotes. Sí, eso mismo que nos decían nuestras madres que dejásemos de hacer pero que tanto nos gustaba.
Esta tontería me hizo pensar en si todo el mundo deja alguna vez la infancia o simplemente si nunca la abandonamos pero la controlamos por el miedo al ''qué dirán''.
Todos sabemos que es necesario mantener las formas en determinados lugares y dependiendo de la persona con la que estés puedes mostrarte cómo eres realmente o como tienes que ser.
La pregunta es ¿llegamos a abandonar alguna vez nuestros pensamientos de niño?
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