Un viejo proverbio dice que no puedes escoger a tu familia, aceptas lo
que te ha deparado el destino, y te guste o no, la quieras o no, la
entiendas o no, la aceptas. Pero una escuela de pensamiento afirma que
la familia en la que naces solo es un punto de partida. Te alimentan, te
visten y cuidan de ti, hasta que estás listo para adentrarte en el
mundo y encontrar tu propia tribu.
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